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sábado, 20 de febrero de 2010

B. Mente Abierta (aparición de Winter)

winter Por Mark.

Observé de reojo como la determinación de Armand se abalanzaba sobre Jane, había cumplido mi propósito, simplemente Jane se dejó consolar por Armand, sentía una increíble frialdad extenderse por mi pecho, ¿Que pasaba conmigo? no quería seguir observando, pero quería seguir luchando, aunque mi mente no me lo permitía, mi mente quería que me alejara sin mas, ya había tenido suficiente.

-Jane-murmuré para mi, mirando la luna en su máximo esplendor, dejando que me bañara con su belleza, vi como Jane miraba con el ceño fruncido a Armand.

-No puedo, perdonarte, así de fácil-Armand la miraba de una manera sumamente extraña.

-Voy a dejar que arreglen sus problemas, así que los dejaré a solas-me acerqué a Jane y hundí mi rostro en su cabello mientras la abrazaba, no sabía si sería la única vez que iba hacerlo-Adiós-

Caminé por el sendero mas oscuro que había visto, dejé que la dura soledad se aprovechara de mi, no podía sentir otra cosa que no fuera dolor, un dolor seco, aunque en realidad quería regresar y estar con Jane, no podía, tenía que dejar que las cosas se arreglaran entre Armand y Jane, tenía que ceder, al menos por ahora.

Sentí como si alguien me siguiera y me observara.

-Deja de seguirme-murmuré entre dientes

-No-una dulce voz me susurró al oído, al girarme solo había una ligera brisa que hacía que las hojas cayeran y bailaran acompañadas del frío aire.

-Haz lo que quieras, quién quiera que seas-No podía creer que hubiera cedido tan fácil ante Jane, pero estaba dispuesto a hacer lo que fuera por su felicidad, no importaba demasiado la mía, seguí caminando, nunca le había temido a mis mejores acompañantes, la soledad y la oscuridad, eran las cosas mas cercanas a mi realidad, extrañaba tener cerca a Jane, ver su rostro lleno de sorpresas y emociones, aunque ella quería ocultarlas, podía notarlo, no podía evitar siempre observarla y analizarla, como si mi vida o bueno si se le puede llamar así, dependiera de ello.

Empecé a correr, quería huir, huir de la realidad, huir del dolor, huir de Mi destino, escuchaba a una chica cantar, era la melodía mas hermosa que nunca había escuchado, hacía que me sintiera libre, sentirme libre del dolor y oscuridad de mi alrededor, observé como había un enorme árbol frente a mí, lo bañaba la luz de la luna, me quedé recargado en el, podía seguir escuchando la voz de la mujer que cantaba, cerré los ojos, pude sentir una respiración tan cerca de la mía, que abrí los ojos y pude ver el rostro de una chica, me quedé completamente atónito, ¿Por qué ese rostro era tan parecido al de Jane? solo que la chica tenía un cabello negro, era el color más hermoso que nunca hubiera imaginado, y sumamente diferente, tenía algo que los otros colores no tenían, pero no comprendía porque.

-¿Me has estado siguiendo?-le pregunté

-Mark-dijo mi nombre de tal modo que mi corazón se aceleró a una velocidad inigualable.

-No murmures mi nombre como si me conocieras-sin poder evitarlo sabía que lo había arruinado todo

-Te he estado observando por largo tiempo-la miré, parecía una enferma mental, sentí miedo

-Déjame solo-

-¿Quién te crees que eres para darme ordenes de esa manera?-

-No me creo nadie-me senté en el árbol, observé la luna, era hermosa, bañaba todo el bosque con su grandeza, aunque no entendía porque, pero me fascinaba-Por cierto ¿Cuál es tu nombre?

-Me llamo Winter-la mire sin comprender nada, no entendía porque estaba junto a mi-Se que te sientes solo, Mark, lo puedo notar-me levanté incómodo

-No puedes entender nada-murmuré irritado, se levantó y me miró fija y seriamente ¿Acaso tenía algo en la cara? no pude evitar desviar la mirada un poco avergonzado-Déjame solo, por favor-le pedí

-Estaré observándote-enseguida empezó a caminar hacia la densa oscuridad, suspiré, vaya día.

No lo soportaba, no soportaba la idea de que alguien me observara, de un momento a otro odié a Winter.

Me recargué en el árbol en busca de consuelo alguno, cerré los ojos fuertemente.

Cuando llegué al amanecer a casa, no había nadie, naturalmente observé la contestadora, había un mensaje.

“Mark, Soy Sophie, espero que no te sientas tan solo durante mi ausencia, voy a estar ausente durante una larga temporada, te extraño, eres como mi hermano, espero que cuando escuches esto estés de un buen humor y devuelvas la llamada, te quiero”

Eliminé el mensaje, no pienso devolver la llamada, Sophie, nunca estaba en casa, así que no entendía porque se molestaba en tratar de ocultar el hecho de que yo me sentía infinitamente solo, empecé a subir las escaleras, pero había algo raro en la casa, volví a bajar y observé la puerta del sótano abierta de par en par, invitándome a entrar, dudé varios segundos, empecé a caminar lentamente hacia el sótano, sabía que era un estúpido al entrar solo, pero ¿Que mas daba? no tenía nada que temer, una vez abajo observé que había una sombra esperando abajo de las escaleras.

-¿Winter?-quería preguntar por Jane, pero mi boca solo había podido auricular Winter.

No hubo respuesta.

-Armand-pregunte

Tampoco hubo respuesta

-Jane-pregunté

Demasiado Silencio

-Demonios, ¿Quien eres?-pregunté irritado, solo vi que aquella cosa empezaba a subir y se dirigía hacia mi, durante dos segundos pensé en mínimo diez mil formas de como morir, asustado, me dirigí hacia arriba y cerré la puerta, suspiré, era un cobarde, la abrí y ya no había nadie, ¿Acaso era mi imaginación? por ahora no podía mas que pensar que así era, cerré el sótano y me dirigí hacia mi habitación, mi cuarto estaba en completo silencio, pero no era un silencio normal, mi cuarto tenía algo raro, habían cambiado algo, podía saberlo, abrí el cajón donde guardaba el último recuerdo de mi madre, un collar, pero al abrir el cajón ya no había nada, estaba infinitamente furioso, era lo último que tenía de ella, ni una fotografía, ni una carta, solo ese collar, recordé como había sido de dura para mi la partida de mi madre, era muy pequeño y a pesar de todo podía recordarlo como si hubiera sido hace diez segundos, lo cuál me atormentaba, recuerdo los momentos felices que habíamos tenido, cuando no me hacia falta nada, lo único que en ese tiempo me llenaba era la compañía de mi madre, su aura tan cálida y acogedora, su sonrisa reconfortante, sus ojos llenos de esperanza, recuerdo cuando fue el funeral de mis padres, todos me observaban con frialdad, naturalmente me quedé leyendo recargado en un árbol durante la ceremonia, Sophie se quedó sentada a mi lado, parloteando como una tonta, aunque no esperaba mas de ella, sus padres odiaban tener que cuidarme, tenerme cerca, normalmente los trataba con la misma frialdad que ellos a mi, Sophie, ella siempre hablaba con sus juguetes, con todas sus cosas materiales, siempre se desahogaba con ellos, durante mi infancia, mis tíos me proporcionaban la habitación mas solitaria y alejada de nuestra respectiva vivienda, me quedaba leyendo algunas cosas de la biblioteca abandonada que estaba cerca, los padres de Jane eran muy amigos de mis tíos, así fue como vi por primera vez a Jane, una persona que parecía sufrir no por la perdida de su madre o la partida, si no por la inconsciente y desconsiderados tratos de su padre, aun teniéndolo tan cerca parecían tan distantes, cuando mi tía hablo con la madrastra de Jane, nos contrataron para los dos a un tutor privado, nos enseñaban demasiadas cosas, me alegraba de tener que estar con Jane, ella era una chica que nunca buscaba problemas, trataba de aislarse, de estar sola, siempre peleábamos, pero no por las razones que yo peleaba con Sophie, por el hecho de que no quería jugar con ella a las muñecas o alguna cosa tan absurda como esa, siempre peleaba con Jane por razones sumamente extrañas, cuando no dejaban que su perro estuviera en la casa, ella lo defendía como si su vida dependiera de ello, pero trataba de no juzgarla, inclusive la ayudaba cuando no la dejaban tener a Connor, ella era infeliz por el hecho de saber que no estaba cerca de ella, así que siempre convencía a mi tía o a su madrastra para que dejarán a Connor con Jane, porque comprendía que Jane solo necesitaba una compañía y era la de Connor, trataba de ayudarla indirectamente, ya que Jane era demasiado orgullosa como para aceptar mi ayuda, después de unos años, mis tíos decidieron irse a vivir a otro lugar, y es donde actualmente vivo, aquí conocí a Armand, hace dos años, íbamos en el mismo salón, el era el chico nuevo, ignoraba a los demás, siempre estaba tratando de evitar a todo el mundo, me pareció familiar su comportamiento, era como el de Jane, las chicas tendían a acosarlo, pero las trataba con mas de la frialdad necesaria, aunque a algunas chicas les parecía “Irresistible” el hecho de que haya rechazado a la capitana de las porristas, a la mayoría de las chicas las rechazaba sin dudar, pero aún así la mayoría lo trataban como a un héroe, aunque yo prefería ignorarlo, un día el llegó y me arrebató uno de mis libros.

-¿Cuál es tu maldito problema?-le pregunté

-Tu, simplemente me molesta verte-al parecer buscaba problemas, que idiota, le arrebaté mi libro y caminé hacia otro lado, en busca de algún lugar tranquilo y solo, el me siguió, lo miré de reojo.

-¿Porque me sigues?-me quedé observando su caminar

-No lo se-murmuró, lo dejé que me siguiera, me quede recargado en el patío trasero de la escuela leyendo, ignoraba a Armand, este parecía fijarse en cada una de mis expresiones-Mark-murmuró

-¿Por que sabes mi nombre?-no pude evitar preguntarlo

-No lo se, creo que eres un chico interesante-enarqué una ceja y cerré mi libro, me senté junto a Armand.

-Eres un chico muy solitario-le dije sin poder evitarlo

-No puedo evitarlo-su expresión era vacía

-¿Por que te parezco interesante?-no pude evitar preguntarlo

-No lo se, es simplemente intuición, ¿Te gusta leer?-

-Si, es mi pasatiempo favorito-me sorprendió que hablara de mas, normalmente me limitaba a decir “si” o “no”

-Algún día puedes ir a mi casa para ver mi biblioteca-asentí con la cabeza.

-¿A ti te gusta leer?-

-Prefiero escribir-lo miré un segundo

-¿En serio? Que bien-por primera vez me interesó una conversación en la escuela

-Si, ¿No te parece molesto estar rodeado de gente superficial?-lo miré

-Prefiero ignorarlos-admití

-Yo también, ¿Podemos ser amigos?-lo miré con el ceño fruncido

-No se-el miró hacia abajo-Es broma, claro que podemos ser amigos-le palmee la espalda

-Esta bien-quitó mi mano

Solté una carcajada

-¿Cual es tu pasatiempo favorito?-pregunté

-Cocinar, ridículo pero es verdad-admitió sonriente

-¿Entonces me enseñaras a cocinar? La verdad es que siempre he querido aprender, pero nunca termine de hacerlo-mi madre me estaba enseñando cuando era pequeño.

Sonrió y asintió con la cabeza.

-Obviamente, tendrás que ser un buen aprendiz, ya que no toleró a las personas lentas-sonreí burlonamente

-No soporto a los maestros ineptos-nos dirigimos a clase hablando.

Tuvimos una buena amistad, durante demasiado tiempo, hasta que Armand habló con su padre después de tres años de no verlo, a la semana siguiente el parecía molesto, arrogante y por alguna razón me evitaba, me sentía muy solo, el había sido mi único y último amigo, no pude evitar soltar un suspiró de tristeza al recordar su manera de como me enseño a cocinar, idénticamente a mi madre, lo más raro era que cuando sonreían los dos transmitían calidez.

-Armand-le grité cuando lo vi en la cafetería, el me miró de reojo con arrogancia y simplemente siguió su camino, desde ahí me prometí a mi mismo no confiar en los demás, todos parecían decepcionarme, prefería mi soledad, mi tranquilidad, mi tristeza, me di la vuelta, le di la espalda a alguien que ahora ya no significaba nada para mi, un simple objeto, eso era lo que ahora en más iba a ser para mí Armand.

Antes no podía evitar soltar unas lágrimas secas y amargas, pero ahora sólo tragaba saliva y lo veía con un terrible odio, por él había dejado de tener esperanza en las personas, me di cuenta de que no quería que él le hiciera daño a Jane, pero tenía que apartarme un poco y darle una única oportunidad a Armand de demostrar que no era sólo un simple objeto para las personas, pero para mí no había un retorno.

Sonó el teléfono, contesté.

-Mark-era Armand

-¿Que?-le contesté hasta cierto punto un poco dolido

-Jane, esta aquí a salvo-

-¿Que quieres con decir “ a salvo”?-pregunté preocupado

-Es que, no se como explicarlo, ella ya no quiere huir de casa, pero parece que no me ha perdonado por completo-escuché

-Ah, pues no se que decirte, ese es tu problema, no me impliques en ellos ¿Quieres algo mas?-

-La verdad es que he estado reflexionando y me di cuenta que últimamente te he tratado muy mal y …- suspiré con aburrimiento, no quería ser su amigo.

-¿Y? Pero, ¿Jane está bien?

-Mark, ella esta bien, pero quiero hablar contigo de otro asunto-

-Armand Darksen, por lo único que he accedido a hablar contigo es por Jane, no confundas las cosas-murmuré con un nudo en la garganta

-Pero en verdad me he portado tan mal contigo, quisiera que habláramos y fuéramos amigos, como antes, ¿lo recuerdas?-preguntó un poco esperanzado

-No recuerdo que alguna vez fuéramos amigos, al menos tú nunca lo fuiste, para ser sincero, no me interesa ni me emociona en absoluto ser tu “amigo”-

-Mark, entiendo que digas eso por la forma en que te traté, pero tu has sido mi único amigo, en la única persona que he confiado-fruncí el ceño, no quiero ser su amigo, ¿Como se atreve a después de tanto tiempo a decirme esto? Después de todo si me hacía amigo de Armand, sería como renunciar a Jane.

Reí.

-Me parece que estas confundiendo las cosas, la verdad es que tu nunca has confiado en nadie, la verdad alguna vez te consideré mi amigo, lo admito, pero no quiero volver a cometer el mismo error, de confiar en una roca sin sentimientos-le colgué el teléfono

Me quedé observando la ventana, la verdad es que siempre había esperado que Armand hiciera esto, que el diera el primer paso, pero era demasiado tarde, no podía confiar en el, no podía ser su amigo, al menos ya no, aunque lo deseara, suspiré y recordé el tiempo en que lloré por la perdida de mi primer único y último amigo, el Armand que fue mi amigo ya no existía, al menos no para mí.

Me vestí para ir al colegio, no tenía ganas de ir en coche, quería caminar, quería tomar el aire fresco de la mañana, al salir de casa, observe un coche negro, estaba esperándome, bajaron la ventanilla, era Armand, iba solo, mire estupefacto a Armand quien me veía con expresión avergonzada, decidí levantar la cabeza hacia el cielo y seguir mi camino, no quería involucrarme con esa persona, el coche me seguía a lento paso, empecé a ir más lento inclusive, Armand empezó a tocar el claxon, metí las manos en mis bolsillos y seguí caminando, Armand me miraba fijamente, podía saberlo, decidí seguir mi propio camino, me introduje en el bosque, donde el auto de Armand no podía seguirme, escuché como frenaba el coche y la puerta se cerro, corrí, escuché como me seguía, demonios, siempre Armand había sido más veloz que yo, seguí corriendo, escapando de algo que yo odiaba.

-Mark-escuché el grito de Armand, el aceleró el paso y de un momento a otro estaba a lado mío, corriendo, me frené, ya estaba harto.

-¿Que demonios quieres?-pregunté

-Extraño a mi mejor amigo-comentó con los ojos llorosos.

-Eres un bebé, estúpido, terco-le dijé mientras caminaba

-Espera, deja que te lleve a la escuela-lo miré con el ceño fruncido

-No, si quisiera ir en coche iría por el mío que es más veloz que el tuyo, pero de todos modos, todavía estas a tiempo de irte en tu coche-el me miró serio

-No, no me importa ir en coche, ir caminando, lo único que me importa es ir junto a mi mejor amigo-lo miré con los ojos abiertos como platos

-Eres medio rarito-el frunció el ceño

-Estúpido, no pienso violarte en medio del bosque, eres mi amigo, nada más-

-Oye, tienes fantasías muy raras-empecé a correr

Armand sin mucho esfuerzo me alcanzó rápidamente, cuando los dos nos quedamos parados, en medio del bosque, perdidos, hubo un silencio aterrador, se escuchó una rama caer y unos pasos rápidos correr hacia nosotros, nos miramos con el ceño fruncido y con el miedo a flor de piel.

-¿Corremos?-preguntó Armand, yo ya estaba corriendo, no pensaba contestarle, el soltó un gruñido y me siguió, llegamos a la escuela, los dos teníamos el cabello más despeinado de lo normal, estábamos llenos de lodo, tierra y olíamos a musgo, entramos a la escuela y nos miraban con expresión sorprendida, hace mucho que en la escuela no nos veían a Armand y a mi hablando y mucho menos llegando juntos, alguien empezó a darme golpecitos en los hombros, me voltee con expresión furiosa, era Winter, quién estaba perfectamente peinada, se veía hermosa, tenía que admitir, Armand tomó aire.

-¿Winter?-preguntó

-Si, vine a buscar a Mark-dijo feliz

-¿Se conocen?-pregunté

-Somos…familia-dijo Winter

-Somos primos-admitió Armand avergonzado

-Ah, ya veo-me dirigí hacia el salón, dejando a ellos dos a mis espaldas, al llegar observé que Jane veía desde la ventana hacia el bosque.

-Buenos días-la saludé, me miró sin poder contener la risa.

-¿Que ha pasado con ustedes?-al voltear Armand estaba detrás de mí

-Nada, el me siguió en el bosque-admití

-No en realidad nos iba siguiendo Winter-fruncí el ceño

-¿Quién es Winter?-preguntó Jane

Antes de poder contestar, la profesora nos indicó que nos sentáramos en nuestros respectivos lugares, Armand se sentó delante mío, puse los ojos en blanco.

-Chicos, les quiero presentar a una nueva alumna, viene de Francia, se llama Winter-hizo señal a la puerta-Ya puedes entrar Winter

Winter entró con una sonrisa torcida, Jane la miró estupefacta, al parecer no pudo evitar fruncir el ceño y Armand simplemente se tapaba la cara.

-Buenos días-sonrió Winter y los chicos del aula suspiraron, Jane y Winter eran similares, a diferencia de que Winter tenía cabello negro y ojos azules, era más parecida a Armand, Winter se sentó detrás de Jane, cuando pasó junto a ella la miró de reojo, Jane la miró fríamente.

-No hagas caso de lo que te diga Winter-voltee a ver a Armand que parecía horrorizado.

-Claro-murmuré cambiándome de lugar.

-Oye, no, espera-se sentó de nuevo frente a mí, suspiré.

-¿Que demonios quieres?-pregunté

-Quiero que seamos amigos, cueste lo que cueste.

-¿Cueste lo que cueste?-

Asintió con la cabeza Armand, Winter me miraba sonriendo y suspiró, la miré con el ceño fruncido.

-Armand, seremos grandes amigos-tenía una gran idea.

-Si-sonrío, quería sentirme culpable, pero simplemente no podía, la maldad se apoderó de mí, le devolví una malévola sonrisa, vaya que Armand era ingenuo-¿Quieres venir a comer a la casa?-me invitó sonriendo

-Claro, por supuesto que sí, ¿Porque no?-reí en mi interior

Jane nos miró con el ceño fruncido, Winter le jalaba el cabello a Jane, parecía fascinada, Jane se volteo y la miró con el ceño fruncido.

-Para, deja de joder-nunca había visto tan molesta a Jane

-No te preocupes, tu cabello no puede estar mas arruinado de lo que ya esta-murmuró Winter con una sonrisa

-Si, está arruinado, pero no a comparación de tu cara de mierda, maldita zorra-Jane parecía histérica, rompí a carcajadas, Winter me miró sonriendo, me quedé callado por un segundo y volví a reír, pero con más intensidad, todos me miraron.

-Lo siento-murmuré sonriendo, las chicas suspiraron, Jane y Winter se miraban con rivalidad, una rivalidad infinita.

Al llegar la hora del receso, salí de mi aula de matemáticas, Armand me estaba esperando, al verme me sonrió y caminó junto a mí, Winter llegó por detrás y me abrazó, me deshice de su abrazo.

-¿Que te sucede?-le preguntó Jane quién parecía haber surgido de la nada.

Voltee a verme con Armand, las dejamos a Jane y a Winter, quienes iban peleando, reí, Armand simplemente suspiró.

-Vaya día-asentí con la cabeza

-Maldita zorra-le gritó Jane y le jaló el cabello hasta el suelo y la pateó, Armand y yo miramos con los ojos tan abiertos que parecía que se iban a salir de nuestra órbita.

-Déjame-Winter vaciló en darle un puñetazo a Jane, pero Armand sostuvo su puño y negó con la cabeza, jalé a Jane.

-Deja a Jane-murmuró Winter quién jalaba mi otro brazo, Armand la empujó y entramos en la cafetería, Armand y Winter iban charlando, Jane se quedó mirándolos fijamente, parecía estar celosa.

-Son familia-le sacudí el cabello

-¿De que hablas?-preguntó enojada

-Nada, Jane-imité su tono-“Maldita Zorra”

Reímos.

-¿De que se ríen?-preguntó Armand sonriendo, Jane lo miró fijamente con el ceño fruncido.

Negué con la cabeza.

Winter parecía mirar hacia la ventana, se veía distante aun teniendo una sonrisa enorme en la cara, nuestras miradas se encontraron y Winter me miró fijamente, enseguida ella desvió la mirada.

-Winter-murmuró Armand mientras fruncía el ceño

-Voy a sentarme en la mesa de allá-jaló a Jane-Vamos a sentarnos Jane-Jane la siguió con los labios fruncidos

-Mark-sonrió Armand y pusó las manos en mis hombros

-¿Que quieres?-no pude evitar sonar grosero

-Eres mi mejor amigo-lo miré con una ceja enarcada

-Claro Armand-quité sus manos

Después de desayunar llegamos a la clase de educación física, era la clase que compartíamos Jane, Armand, Winter y al parecer Harry.

Harry miró a Winter con asco, Winter le devolvió la mirada, con la misma expresión.

-¿Como has estado?-le preguntó Harry a Jane con una sonrisa

-Aj-murmuró Armand

-Calma-el me miró con el ceño fruncido y enseguida entrecerré los ojos.

-Harry-Winter observó con odio a Harry, nos pidieron que formáramos parejas para la clase, Harry tomó de la mano a Jane, quién lo miró con confusión, Armand puso una mano en mi hombro.

-¿Que te parece si somos equipo?-sonreí, no quería, asentí con la cabeza.

-Nosotras-la capitana de las porristas, Jennifer, tomó a Winter de la mano, ella simplemente sonrío amablemente.

Hicimos ejercicios de volibol, Armand era en general excelente en los deportes, al parecer Harry también, pero tenían extrema rivalidad, organizaron un partido, era mi equipo con el de Winter contra el de Jane, Harry y otros dos chicos del equipo de Harry, al principio íbamos iguales, hasta que Harry le susurro algo a Jane en el oído y esta lo miró con expresión avergonzada, Armand entrecerró los ojos, sacó el equipo contrario, al final ganamos, aunque era más que nada Armand contra Harry.

-No importa que hayamos perdido-Harry abrazó a Jane, esta simplemente se quedó con los brazos a los costados.

-Mark-Winter me observaba con detenimiento y después de lanzó a mis brazos, Jane volteo a vernos en ese instante y bajo la mirada, se fue con Harry, yo simplemente observé a Winter y la aparté.

-Winter, ¿Como es que me conoces?-pregunté

-Eso es un se-cre-to-murmuró lentamente y tocó la punta de mi nariz y se fue con Jennifer, que al parecer estaba muy interesada en Winter.

-Mark, vamos a casa-dijo Armand fríamente

Asentí con la cabeza.

Cuando llegamos a la casa de Armand nos dirigimos directamente a la biblioteca, me quedé recargado contra la pared.

-No sabes lo mucho que me molesta Harry-murmuró Armand

-Am, pues Harry, es simplemente un chico que busca más que una amistad con Jane, aunque en verdad pues no creo que sean tan buenas intenciones-Armand cerró los ojos

-Hola-saludó Winter desde la puerta

-¿Que quieres?-preguntó el Armand que era normalmente, el arrogante, el frío, el vacío.

-No me hables así-murmuró Winter molesta

-Vete-dijo Armand

-No, no quiero-se sentó en el sofá

-Chicos-llegó Jane, Armand la miró con indiferencia.

-¿Que se te ofrece por aquí?¿No deberías de estar con Harry?-preguntó Armand

-No, Harry, no vino conmigo-al parecer no entendió la indirecta

-Tonta-murmuró Winter, quién parecía fastidiada con tan solo ver a Jane-Eres una zorra-Jane la miró y entrecerró los ojos, se abalanzó sobre Winter, Armand enseguida se interpuso para que no lastimarán a Winter, tomé de la muñeca a Jane.

-Calma-le dije suavemente

-Eres una zorra-le dijo Winter seria

-Ya, Winter-murmuró Armand que al parecer no pensaba nadie salir en defensa de Jane.

-Voy a mi cuarto-Jane azotó la puerta

-¿Su cuarto?-Winter rió-No entiendo, ¿Ella que demonios hace aquí?¿Quién se cree para decir-imitó su voz-“Mi cuarto?-

-Winter, deja de pelear-Armand miraba hacia la ventana su expresión volvía a ser vacía.

-Armand-lo miré con detenimiento

Parecía dolido y vacío, Winter parecía molesta.

-Ah, bueno voy a la cocina-dijo Winter, en cuánto salió de la habitación Armand se sentó en el sofá y se cubrió la cara con sus manos.

-Al parecer, por mucho que me disculpe y traté a Jane amablemente, definitivamente ella prefiere estar con el imbécil de Harry-lo miré con una sonrisa seca

-No creas que cambiará Jane del día a la mañana-a mi en cierto modo me dolía que Jane prefiriera a Harry que a nosotros, aunque yo llevaba demasiado tiempo queriendo en silencio a Jane, ya no podía soportarlo, tenía que saber, pero en realidad no sabía como lo tomaría ella, y mucho menos ¿Como lo tomaría Armand?

-Eres mi mejor amigo, por eso te cuento esto-murmuró Armand

-Armand, ¿Acaso estás celoso de Harry?-el salió por la puerta, no quería tomar decisiones precipitadas ni mucho menos, pero creo que la respuesta era obvia…

Fui al comedor y me encontré con Armand, Winter lo abrazaba, al parecer, Winter entendía los sentimientos de Armand, podía darme cuenta que Winter solo quería que Armand fuera feliz aunque ella odiaba profundamente a Jane, Armand miraba con la cabeza inclinada el bosque, en busca de consuelo alguno, me acerque a Winter y la jalé para que se sentará.

-Armand-dije una vez sentado, el no respondió parecía que no estaba consciente, parecía una estatua, tan vacía.

-Armand-dijo Winter suavemente, el no respondió-Ah, ya me harto la zorra de Jane, ahora mismo voy a matarla-Armand la detuvo, la tomó de la muñeca.

-No vale la pena, Winter, cada quién tiene sus preferencias, eso es todo-Jane estaba atrás de Armand mirando con el ceño fruncido.

-Jane, ¿Por que no te sientas?-pregunté un poco indiferente

-Am, no gracias, voy a salir un rato-

-¿A donde vas?-preguntó Armand

-Eso a ti en lo respectivo, no te interesa-dijo Jane estúpida e indiferentemente

-¿Que te pasa?-Winter se abalanzó sobre Jane, esta vez Armand no la detuvo, por el contrario, Armand se fue hacia la biblioteca, miré a Jane con desaprobación y seguí a Armand, después de todo sin darme cuenta Armand en verdad era mi amigo, por mucho que yo no lo deseara, al parecer Jane no se daba cuenta de lo mucho que se preocupaba Armand por ella, aunque era muy rápido para que de un día a otro se llevarán bien, pero Armand había dado el primer paso, Jane tenía que dar el siguiente, parecía que eso no iba a suceder, al entrar en la biblioteca observé como Armand estaba recargando la cabeza en sus rodillas, y abrazando su cuerpo, Winter jaló del cabello a Jane y la llevó en donde estaba Armand, me quedé observando.

-Te das cuenta de como hieres a la gente-Winter parecía una chica que de verdad quería deshacerse de Jane, para siempre, Jane miró a Armand y simplemente frunció el ceño, la mire con infinita frialdad, la soltó Winter y entro para encontrarse con Armand.

-No entiendo porque demonios todos ustedes están en mi contra-murmuró Jane, la miré con indiferencia.

-Jane, sal de aquí un momento por favor, ya no hagas mas daño del que ya esta hecho-

-¿Mark? Pero yo no hice nada-la mire estupefacto

-¿Acaso no te das cuenta de la verdad que esta frente a tus ojos?-estaba furioso

-Lo siento, no puedo entender porque están comportándose así conmigo, pero no tenía la intención de herir a nadie-

-Solo vete-fue lo único que dije

Al día siguiente llegó la clase de educación física.

-Armand-murmuró Harry

-¿Que quieres?-le preguntó con los ojos entrecerrados

-Te molesta demasiado darte cuenta que Jane no esta a tus pies-asumió

-Ese no es asunto tuyo-fue lo único que Armand respondió-Pero no saques conclusiones precipitadas, yo que sepa tu y Jane nada mas son amigos ¿No?-Harry estaba furioso, se le abalanzó a Armand, esté sin ningún esfuerzo se lo quitó de encima, llegó Jane.

-Detente Armand-gritó

Llegó un profesor para separarlos, Harry apenas y podía levantarse, Jane le ayudó, Armand observó como Jane y Harry se alejaban, el esbozó una sonrisa triste, Winter tenía los puños ceñidos a sus lados.

-Armand, Jane es una maldita zorra-murmuró entre dientes

El simplemente se alejó con la mirada fija en el suelo y las manos metidas en sus bolsillos, por alguna extraña razón lo seguí, después de todo, sabía que Armand estaba muy dolido y decepcionado, me senté junto a el, estábamos en el mismo lugar en el que habíamos hablado por primera vez.

-Mark, se que es un poco tonto, pero me rindo, no puedo forzar a alguien a que nos llevemos bien-el simplemente recargó su cabeza en la pared y cerró los ojos.

-Armand, se que aunque yo no se cuáles son tus sentimientos hacia Jane, ella tuvo una elección y la hizo, simplemente deberíamos de respetar su situación-aunque en realidad todo había pasado demasiado rápido, Armand quería ser amigo de Jane pero al parecer ella no estaba convencida del todo.

-No voy a seguir tratando de convertirme en alguien que nos soy-me miró con ojos llorosos-No soy Harry, tal y como quiere Jane, no puedo ser a quien ella quiera-lo mire estupefacto

-¿Tu? ¿Quieres a Jane?-pregunté

-Por un momento me di cuenta que sentía mas que una simple simpatía por ella, pero después de lo de hoy y ayer, lo único que puedo llegar a sentir por Jane es indiferencia, no voy a odiarla y mucho menos a quererla o amarla, pero de lo que estoy seguro es que no pienso seguir siendo un estorbo para su vida, simplemente voy a apartarme, voy a tratar de ser una persona normal, voy a llevarme bien con todos, ahora quiero salir con mis amigos y tener una vida como “Si Jane no existiera o formará parte de ella” por ahora es lo único que deseó-miré hacia el cielo

-Armand, la verdad es que no puedo llamarme tu amigo, al principio solo te he estado usando, pero quiero que sepas que me he dado cuenta lo mucho que se de ti y que tu sabes de mi, creo que puedo ayudarte y apoyarte, eso es lo que haría un amigo, aunque no lo sea, lo voy a intentar, por mucho que una parte de mi no quiera, pero lo voy a intentar, quiero renunciar a-dudé-a Jane.

-¿Entonces la querías?-preguntó

-Pues siempre la he querido en silencio, siempre desde las sombras, siempre la he tratado de ayudar, todo por su felicidad y nunca viendo por la mía, pero he decidido que ya no me voy a preocupar mas por ella, simplemente voy a dejar que ella cree su propia felicidad, y yo pienso crear la mía-observé el cielo, nunca olvidaría este momento.

-Desde ahora hay que simplemente tratarla como a las demás-eso fue lo único que dijo Armand-Oye te había dicho que haces una buena pareja con Winter ¿no?-

-No, no me lo habías dicho-pensé en Winter, sin darme cuenta sonreí, ella era muy diferente a Jane-Pues lo voy a pensar, la verdad es que Winter es una buena chica-no pude evitar ruborizarme-La verdad es que Winter me parece una chica muy agradable.

-La verdad es que ya se en quién tengo pensado fijarme-sonrío con malicia

-¿En quién?-

-Es una sorpresa-sonreí

domingo, 14 de febrero de 2010

A. Mente abierta

wall01Por Armand.

Observé como cerraba la puerta Jane, era una chica sumamente inmadura, pero por alguna extraña razón quería detenerla y decirle que volviera, si le ocurría algo de nadie sería la culpa más que la mía.

-¿Vas a dejar ir tan rápido a Jane?-escuché una voz misteriosa en mi mente, ¿Quién podría ser?, sacudí la cabeza, eran mis imaginaciones.

-Armand-escuché una dulce voz femenina en mi interior, ¿Que demonios estaba pasando conmigo?

-Joven Armand, espero que no se quedé con los brazos cruzados ante la ida de alguien muy especial en su corazón-escuché una voz masculina diciendo eso, al voltear no había nadie ¿Importante? Jane no era importante para mí, ¿Corazón? ni siquiera sabía si tenía eso, sonreí, mi mente me estaba haciendo una jugada mu peligrosa llena de confusión, me dirigí a la ventana y observé como Jane caminaba en un sendero solitario, al parecer estaba tan acostumbrada como yo a estar sola, su perro fielmente la seguía, aunque Connor no parecía un perro común y corriente, ni se comportaba como uno, después de todo “todo se parece a su dueño”, puse mi mano en la ventana, pasé demasiado tiempo observando, no podía pensar en nada, me tiré en las almohadas de mi cama, me sentía raro, diferente.

-Está lista la cena-dijo una encargada

-Gracias, no tengo hambre, estaré en la biblioteca-me levanté y caminé hacia la biblioteca, tenía el mejor paisaje, el ventanal, empecé a recordar la manera en como últimamente había tratado a Jane, normalmente era indiferente con la gente, pero con Jane mis emociones se descontrolaban sin poder evitarlo, normalmente cuando estaba de mal humor podía controlar la situación pero con Jane todo se salía de mis manos, quería y trataba de ser amable, como mi padre me lo había pedido, pero no podía, digo ¿Porque debería ser amable con alguien a quién no conozco y solo viene a estorbarme y entrometerse en mi vida? ¿Porque tenía que seguir las ordenes de un hombre que ni siquiera se preocupaba por lo que yo siento o pienso? Jane, una chica que desde mi punto de vista tiene todo, una familia que la busca, un cálido hogar del que ella había salido sin ni siquiera mirar hacia atrás en busca de una solución, simplemente dejando a todos a sus espaldas, al parecer lo único que le preocupaba era un perro, un perro que no la entendía, un perro que no podía ser toda su familia, desde mi punto de vista un perro no podía ocupar el lugar del cálido hogar que había dejado, aunque yo trataba de no juzgarla, no podía, por alguna razón me ponía de mal humor, ver su comportamiento totalmente irracional y egoísta, aunque Jane era una chica muy callada que no buscaba muchos problemas, ya que ella sin saberlo era uno, era un gran problema, que al parecer no tenía una solución, Jane era un gran problema que había entrado a mi fría vida para al parecer cambiar todo, sin embargo no sabía porque la mayoría del tiempo pensaba en ella, en su comportamiento, en sus gestos, en su rostro, en su manera de expresarse, me molestaba demasiado ver que alguien como Jane se juntara con alguien con un cerebro que al parecer no estaba del todo desarrollado como Harry, Harry al parecer tenía un interés “especial” en Jane, Harry un chico que tiene a todas las chicas a sus pies, busca en especial a una, a Jane, aunque no comprendía la razón, pero eso me molestaba en demasía, ya que Jane podía defenderse por si misma y decir con libertad lo que pensaba sin que alguien tratara de controlarla.

-Armand-escuché la voz de Mark

-¿Que pasa?-al parecer no me había dado cuenta de la presencia de Mark, a causa de que siempre desde pequeño mi estancia en la biblioteca era por las tardes con las luces apagadas.

-Jane, ella me preocupa-dijo con un tono de voz que nunca había escuchado en Mark.

-La verdad es que a mi no-dije fríamente aunque sentí un cosquilleo en mi garganta, como cuando alguien miente o es culpable de algún suceso.

-Pero creo que has sido muy duro con Jane, creo que no sabes aún nada de ella, ni de su pasado-el naturalmente estaba recargado en la pared y tenía las manos en los bolsillos

-La verdad es que no me interesa saber nada de una chica inmadura e irracional-seguí observando el ventanal

-No la conoces al parecer para nada, yo por mala o buena suerte, la conozco desde hace tiempo, aunque nunca tuvimos la intención de ser buenos amigos, pero es una chica muy fuerte, que al parecer mucha gente no comprende-al parecer el “mucha gente” iba dirigido hacia mi

-Pero no necesito ni siento la necesidad de conocer a Jane-dije irritado

-No, esto simplemente no es conocerla, Armand, no subestimes a Jane, la verdad no entiendo porque pero me preocupo demasiado por ella, me irrita Harry, parece un poco mas interesado que nadie en Jane ¿no crees?-sonreí

-¿Estas enamorado de Jane?-me sentí un poco tonto, no esperaba la dura confesión de Mark

-Pero contéstame tu esto antes ¿Te gusta Jane?-lo miré con el ceño fruncido

-Esa pregunta no merece respuesta-sentía que mi estómago daba muchas vueltas

-Tampoco la tuya entonces-naturalmente Mark sonreía torcidamente, ahora sin pensarlo el había nacido torcido.

-Vale, si no me querías decir lo de Jane, entonces voy a tomar mis propias respuestas, y mi respuesta es que estas demasiado no enamorado, sino obsesionado con Jane, te preocupas por algo o alguien que no vale la pena en absoluto-dije fríamente

-Pero me parece que lo que a ti te molesta Armand, es que alguien que no sea tu se la pase pensando y preocupándose en Jane-lo miré sin comprender

-Nunca me he preocupado por Jane-

-Al parecer no eres un buen mentiroso cuando hablamos de Jane-Mark me sonrío, no sabía desde cuando Mark se había vuelto en alguien agradable

-Pero es que-no me di cuenta de mis palabras-No no se mentir, la verdad es que no me interesa Jane

Mark soltó una carcajada

-Si no te importara tanto como dices, ni siquiera estaríamos discutiendo esto-

-Nunca lo tomé como una discusión, lamentablemente, sólo quería tener la oportunidad de burlarme detenidamente de tus sentimientos por una “cosa” que no tiene mucha relevancia-reí

-Me parece Armand, que siempre has sido una persona muy indiferente, pero esta vez me pareciste un idiota que sólo dice estupideces a causa de sus celos, vamos, no puedes controlarte y por eso ni siquiera te detienes a pensar en lo que dices.

-Lo siento Mark, pero para tu mala suerte no compartimos los mismos sentimientos-

-No, a lo que hay dentro de ti no se le pueden llamar “sentimientos”, no me compares con algo tan vacío como tú-sentí un inmenso dolor

-Si, la verdad es que son vacíos mis pensamientos, son vacías mis expresiones, mi cuerpo esta vacío de sentimientos y emociones, pero si tuviera una pizca de emociones o sentimientos no dudaría en decírselos a la persona indicada, no creo ser tan cobarde como muchas personas lo son-la verdad es que sentía un poco de envidia de Mark

-En mi caso ni siquiera hay necesidad de decirlo, ella lo sabe, siempre lo ha sabido-¿De que demonios me había perdido? Lo miré sin entender nada-Al parecer te has quedado callado pero ¿porque será? No quiero ni imaginármelo, Armand, no sabes de lo mucho que te has perdido mientras estabas enterrado en tu vacío-

-¿De que me he perdido?-pregunté entre dientes

-De nada que a ti te interese en realidad-

-No se que pensar-dije observando el vacío

-No tienes que-al parecer Mark no era tan idiota como pensaba-preocuparte de nada, no tienes que pensar, no eres nada.

-Mark, por alguna razón ¿Te has enojado de mis vanas preocupaciones por “tu cosa”?-levanté las comisuras de mis labios

-¿Sabes? es mejor llamarle “cosa” a llamarle “nada”-el me devolvió la sonrisa

-Algunos tienen sus “pequeñas” preferencias, como tu tienes las tuyas, yo tengo las mías-ya me había molestado hasta cierto punto Mark, pero era fácil controlar la emoción

-Si, sin embargo hay alguien que ni siquiera tiene esas “pequeñas” preferencias-

-Mark, la verdad es que no quiero pelear contigo y menos por Jane-dije mientras salía de la habitación, me recargué en la pared, vaya complicaciones.

Enseguida vi a Mark salir, lo miré indiferentemente.

-¿Perdiste la paciencia?-preguntó sonriente

-No se-dije lentamente

-Bueno, cambiando de tema, ¿Que haremos con Harry?-lo miré con el ceño fruncido ¿Que había pasado con ese “cambiando de tema”?

-No se, la verdad es que Harry es una persona inteligente, aunque a veces no lo toman muy enserio-

-Armand, ¿Quieres dar una vuelta?-lo miré sin entender

-¿A donde exactamente?-Mark sonrió

-Sígueme-

Me daba la impresión de que Mark no sólo iba allí para hablar, no quería salir a caminar, mientras iba caminando, escuchaba como tronaban las hojas secas mientras daba un paso más, me quedé con Mark detrás de un árbol, escuché una voz.

-¿Connor? ¿Porque será que nadie nos acepta en ningún lado? Ni siquiera la mujer que me dio esta miserable vida, siempre arrepintiéndose de mi existencia, al parecer solo doy problemas, quisiera a veces ser invisible, quisiera desaparecer, quisiera que en este mundo solo estuviéramos tu y yo-vi como Jane empezaba a llorar, sentí algo muy raro en el pecho-si tan sólo pudiera ser más fuerte e irme de esta maldita casa, un lugar donde no fuera un problema, al parecer tratando de evitar la indiferencia de mi padre y tratando de olvidar el maltrato de mi madre, llegué a esta casa, no pensé que llegará a encontrar a alguien tan indiferente como Armand-hizo una pausa y se soltó a llorar mientras hablaba-Lo peor es que es el vivo retrato de los malos tratos de mi madre, y aunque quisiera olvidar el pasado y seguir con el presente, pero con una actitud como la de el hacia mí, dudó que pueda llegar a olvidar que soy un gran problema, que soy una existencia errónea, Mark, a el lo entiendo, perdió desde muy pequeño a sus padres, es una persona que admiro y que quisiera ser como el, pero no puedo, ¿Porque Connor?-observé como su perro la trataba de consolar, por un momento desee ser ese perro, que tal vez si tenía una utilidad, por lo menos más que yo-Connor, eres lo único que tengo, lo sabes ¿verdad? sabes que siempre has sido la única persona-miré a Jane, Connor era un perro normal a los ojos de los demás, sin embargo a sus ojos de Jane, el era una persona, era su familia-que ha estado conmigo en los más duros momentos, la única persona que de verdad no le importa que para los demás sea un problema,

Suspiré y observé que Mark ya no estaba juntó a mí, había salido para encontrarse con Jane, y como sabía que yo era lo suficiente idiota como para quedarme parado y ver, él enseguida se acercó a ella y la rodeó con sus brazos.

-Jane, no seas tan idiota, estaba preocupado, disculpa a Armand, él en realidad no piensa eso, y para mí, para mí no eres un problema, nunca lo serás, no me faltes nunca-tomó su rostro entre sus manos y se inclinó, observé como las lágrimas de Jane corrían por su rostro, tenía que tomar una decisión, y tenía que ser ahora, Mark se inclinó lentamente, no parecía estar jugando, sólo yo lo había hecho, no pensaba rendirme tan fácilmente, pero ¿Rendirme a que? 


BLOOD SECRET-INSOMNIA
Insomnia.


Delgadas son las faldas que la noche dejó atrás,
Antes de que el día quiebre el cielo con su crepitar.
Delgados son los jirones del sueño,
Oscilando en el espíritu cansado del viento;Pero en medio de aquel reposo inquieto
Que desgarra la trama del olvido y el recuerdo,
Mi alma se estira hacia la tuya,
Cada vez más cerca.

Nuestras vidas nunca se unen;
Nuestros pensamientos nunca se distancian,
Aquello que aferra tu corazón al mío,
Parece disolverse en un brillo sombrío.
Esta noche, el Amor ejerce un control total,
Y con deseo y con pesar,
Mi alma se arrastra hacia la tuya,
Cada vez más cerca.

¿Existe un hogar, dónde la pesada Tierra
Se derrita en el aire brillante,
Y dónde el mal no se respire;
Dónde el agua barra el eco de la sed,
Y el fuego sea el reflejo de nuestra fe?
Si la voluntad yace atada al objetivo,
Tal vez allí pueda su esperanza engendrar.
Mi alma, en esta hora desolada,
Se agita hacia la tuya,
Cerca, siempre un poco más.


Dante Gabriel Rossetti.