Por Jane.
Las cosas se volvían cada vez mas extrañas para mi, Armand me evitaba de una manera extraña, como si quisiera evitar que fuéramos amigos, como si no quisiera que a mi me cayera bien el, como si no me diera la oportunidad de conocerlo, me hacia un poco infeliz eso, Mark y Winter se llevaban peor que mal, no entendía como sucedían las cosas a mi alrededor, aunque me sentía aliviada de que no necesitaba darles explicaciones a nadie, no depender de nadie, mis hermanastras habían llamado un par de veces, pidiéndome que regresara para poder pelear con ellas, yo en cierta manera las extrañaba, porque a pesar de todos nuestros problemas siempre seremos hermanas, les había dicho que las visitaría en navidad, mi padre me preguntaba si ya estaba lista para regresar a casa, no pude contestar, no quería dejar de ver a Winter, a Mark y menos a Armand.
A veces quería llegar y hablar con ellos, pero no me sentía del todo segura.
Vi caminando por los pasillos, sintiendo la textura de las paredes, observe a Armand salir de su habitación, llevaba una camisa azul y unos jeans de mezclilla, sin duda era el ser mas perfecto de la tierra, tenía sus ojos tan hermosos y profundos, cuando nuestras miradas se encontraron vi como se ruborizaba poco a poco Armand, se veía tan adorable, se paso una mano por el cabello.
-Hola Jane-me saludó nervioso y empezó a caminar tan rápido que casi corría, era la hora de la cena, en cambio Winter salía con expresión de tristeza, como si le doliera algo, demasiado, la saludé con la mano.
-Ah, hola Jane-se dio media vuelta y bajó al comedor, al parecer era la única persona feliz en esta enorme mansión.
Bajé para poder hablar con Armand, sentía la necesidad de hacerlo, también de ayudar a Winter, que con un poco de intuición tenía algo que ver con el insensible de Mark.
-Armand, Oye ¿Podrías ayudarme a mi tarea de historia?-en realidad esa tarea era muy sencilla, pero mientras pudiéramos pasar un poco de tiempo juntos, el me miró confuso, muy rara vez le pedía ayuda a las tareas, normalmente se la pedía a Winter.
-En realidad, si quieres te presto mi cuaderno y ya solo lo tendrías que copiar-me quedé callada, no sabía que contestar, sería mas fácil decir “Lo siento Jane, no quiero pasar tiempo contigo” era mas hiriente pero mas sincero.
-Ah, mejor le pido ayuda a Winter-dije un poco molesta, ¿Porque Armand tenía que ser tan tonto a veces? mejor lo ignoraba-Bueno no, debo de hacerla sin “ayuda” de nadie, buenas noches Winter-le sonreí a Winter, que ni siquiera me volteo a ver, parecía tan absorta en sus pensamientos, ni siquiera me moleste en mirar a Armand-y tu también Armand-me subí corriendo a mi habitación.
Estaba en mi cuarto haciendo la tarea de historia, tan fácil y aburrida…
Ya que no tenía mucho sueño y eran casi las 3 de la mañana, ya había terminado de leer los libros que tome de la biblioteca, los iba a ir a dejar y llevarme otros, estaba oscuro como siempre, escuche a alguien respirar, había una sombra junto a mi, alguien me tapo la boca.
-Cálmate Jane, soy yo Armand-su voz era tan tranquilizadora para mi, suspiré-¿Que haces aquí a esta hora?-sin embargo sonaba tan triste, tan desconsolado, me voltee y observe su expresión de sufrimiento, evitaba mi mirada.
-Armand-le pedí que me mirara, pero no lo hizo, parecía que le pedía lo contrario, evitaba mas mi mirada, toque su mejilla con mi mano, el tomó mi mano y se quedó sosteniéndola, sentí como mi corazón se aceleraba, no podía respirar con tranquilidad, se acerco mas a mi, y me miró directamente a los ojos, yo me quedé tan absorta viendo sus ojos.
Estuvimos un rato nada mas viéndonos, mientras Armand sostenía mi mano con tanta delicadeza, sin embargo su mano se volvía cada vez mas cálida y confortante, yo sentía que estaba en un sueño, no necesitaba las palabras para decir lo que sentía en este momento, pero me sentía cada vez mas atraída por el ser humano tan maravilloso que era Armand.
-Jane-fue lo único que escuche salir de los labios de Armand, dejó de sostener mi mano y se sentó en el sofá, me quedé ahí parada sin saber que hacer, mi deber me decía que saliera de ahí, pero mi corazón decía que me sentará junto a el y escuchará sus preocupaciones.
-¿Que es lo que te preocupa, Armand?-no pude evitar preguntar, me senté junto a el, no podía hacer otra cosa.
-¿Preocuparme? ¿A mi? Nada-me quedé observando sus ojos, parecía que ocultaba algo-Bueno, en realidad si tengo algo en la mente que no me deja concentrar en otras actividades-me quedé callada, la luna parecía iluminarnos con su belleza, el momento era tan preciado, tanto que nunca lo olvidaría-A veces tengo ganas de huir, de correr libre, de no tener que ser nadie, solo ser Armand-el miraba al vacío.
-Pues puedes hacerlo, puedes correr libre, puedes crear tu propio camino-aunque quizás en ese camino no pueda ir junto a el.
-Quiero…-se quedó callado y se levantó-Perdón Jane, no soy nadie para dejarte el peso de mis problemas, perdón por hacerte preocupar-dijo tan nervioso, la voz le temblaba y tenía en el rostro la sonrisa mas fácil del mundo, lo observé caminar hacia la puerta, pero reaccione instantáneamente tomando su mano sin dejarlo ir.
-Espera Armand-el me volteo a ver confuso, me costaba trabajo hablar-Yo quiero escuchar-no pude evitar ruborizarme tanto, sentía como mis mejillas se encendían, y las manos me temblaban, no sabía que hacer, Armand solo me miraba sin decir nada, tragó saliva y se sentó junto a mí.
-A veces creo que soy solo el títere de mi padre, el hace conmigo lo que quiere cuando quiere, me dice que tengo que hacer, y por mas que a veces quisiera pasar tiempo con el, el parece querer lo contrario, nunca me llama a menos que no sea para pedirme que haga algo, nunca se ha preocupado por mi, por como me siento ni nada-entendía perfectamente eso, yo también había pasado por eso, observe los perfectos rasgos de Armand.
-¿Que es lo que sientes?-pregunté, creía entenderlo todo, pero, eso no podía ser cierto, ya que Armand nunca se abría a mi, nunca me mostraba lo que había detras de ese perfecto rostro, quería averiguarlo pero sabía que a la larga no iba a pasar, tarde o temprano yo tendría que irme de este maravilloso lugar, aunque en realidad no siempre hablaba con Winter ni con Armand, me sentía menos sola, menos triste.
-Quisiera tener las palabras para decirte todo lo que últimamente he sentido, sin embargo las palabras se me hacen insuficientes, para decirte todo lo que siento, todo lo que he sentido por…-el simplemente miró hacia abajo-Jane, ¿Que pasaria si yo te dijera…-me quede viendo a Armand, solo a el, dejo de hablar y me devolvio la mirada, yo me perdía en la infinidad de sus ojos que prometían miles de cosas, tan fantasiosas e irreales.
-Armand-me acerqué y tome su rostro entre mis manos-Todo va a estar bien, siempre estare junto a ti, sin importar lo que pase, siempre vas a contar conmigo, puedes apoyarte en mi cuando lo necesites…
…
-Levantate, Jane, tienes que ir a la escuela-me hubiera gustado que fuera Armand, pero era Winter, estaba más pálida de lo normal y mas delgada, tenía un aspecto muy decaído, estaba en la biblioteca-No puedo creer que tu y Armand se hayan dormido aqui, juntos, quién sabe que habrán hecho, y hoy hay examén de Historia, ¿lo olvidaste?-OH, mierda, examén de historia, me levanté corriendo, tenía aproximadamente diez minutos para irme…
-No puedo creer como alguien con tan solo diez minutos se ve tan bien como tu-admitió Winter, íbamos entrando al aula, ya que Armand se había adelantado, me molestaba un poco eso, pero por mucho que quisiera siempre terminaba tratando de enmendar las cosas, siempre cediendo a Armand Darksen…
1 semana después…
-Aquí tienen sus examenes, espero que algunos se avergüenzen por esta calificación tan mediocre-me miró fijamente el profesor-Sin embargo usted señorita Jane Rain, tuvo la calificación mas alta, sin nombrar a su compañero Mark, Armand y por pura suerte Harry-miró al maestro con el ceño fruncido, no pude evitar reírme, en cuánto el maestro se giro de espaldas a Harry el le hizó una seña-Harry, hubiera sido perfecto, a menos de que hubiera un ventanal frente a mi que refleja la seña que acabas de hacer.
-Am, en realidad me la hizo a mi-mentí, Harry era un “amigo” bueno nuestra confianza no era tanta pero me caía bien, así que sería una especie de favor-Es que yo le dije que nunca sacaría una calificación perfecta en un examén y menos de historia-Harry sonrio, Armand volteo a verme con expresión seria y sostuvo la mirada durante varios segundos.
-Me empieza a parecer este comportamiento extraño de usted joven Darksen, lo he visto observar varias veces a escondidas a su compañera Jane, depués de todo viven juntos, también es raro que mire con rabia a Harry cuando se lleva “tan bien” con Jane-Armand se ruborizó ligeramente y negó con la cabeza.
-Si a usted le gusta ver las cosas desde ese punto de vista me parece bien, sin embargo es mentira, Jane y yo solo compartímos una cosa y es que ella viva en el mismo techo que yo, no existe nada entre nosotros, ni existira, así que no se debe tomar tantas molestías profesor-fue como si las palabras de Armand me hubieran llegado como un bote de agua helada, yo lo quería, pero, nunca me había detenido a pensar si el también correspondía mis sentimientos, aunque ya sabía que era imposible.
Bajé la mirada.
-¿No estará usted decepcionada de esa fría contestación, señorita Jane?-preguntó el profesor de historia, empecé a reír, negando con la cabeza, sonó la campana y el profesor me miró con una sonrisa sárcastica.
Harry me miraba sonriendo, sabía que mis expresiones estaban controladas, no dejaría que Armand Darksen siguiera descontrolando mis emociones, me levanté y suspiré, estuve a punto de llorar, de no estar tan cerca de todos mis compañeros, Harry se dirigió a mi lugar y me jaló de la mano, lo seguí fielmente, llegamos hasta el bosque que rodeaba la escuela, una vez que estuvimos solos me abrazó.
-Calma Jane-recorde el día que Armand me había dicho casi lo mismo, que me calmara, esos dulces momentos, empezaron a salir pequeñas lagrimas, me aferré a Harry y empecé a sollozar, mi corazón tenía una herida,
-Harry, me siento mal, me duele, me duele mucho-el me empezó a acariciar el cabello, yo solo seguía llorando sin poder parar.
-Vamos te invito un café, ya le he pedido a alguien que se lleve nuestras mochilas, te llevaré a casa por la noche, una vez que haya comprobado que estas bien-asentí con la cabeza, no quería ir a la mansión Darksen, al menos no esta noche, me molestaba que Armand sostuviera mi mano en ciertos momentos y la dejara caer tan bruscamente, si simplemente le caía mal debería decirmelo de cara.
Toda la tarde estuve con Harry, el empezó a platicarme muchisimas cosas que yo no sabía de el, me invito un delicioso café, estuvimos viendo películas, comiendo palomitas, helado, todo era tan natural entre nosotros, tan fácil como respirar, quizás el era la persona indicada para mi, pero no me sentía completamente estable para saberlo.
Harry me fue a dejar mas o menos a la una de la mañana, iba cargando mi mochila con tanto sueño, ni siquiera podía mantener los ojos completamente abiertos, abrí la puerta y vi que todo estaba oscuro, caminé lenta y silenciosamente, para no despertar a nadie.
-¿Sabes que hora es mas o menos?-era la voz de Armand, se escuchaba sombría.
-No y la verdad no me interesa-seguí caminando sin detenerme, no quería seguir hablando con Armand, iba a tratar de evitarlo a toda costa.
-Pues debería de hacerlo, ¿Donde y con quién estuviste?-preguntó con la voz tensa.
-No es tu problema-subí las escaleras con mucho pesar, hasta las piernas me dolían, pero era la verdad, después de todo el tenía razón ya que no compartíamos nada que no fuera vivir bajo el mismo techo, nada mas.
-Jane-su voz era mas tranquila-Sin embargo estoy a tu responsabilidad asi que contesta-esa era una excusa, no podía ver su rostro a causa de la oscuridad.
-Pues ya deberías saberlo, es obvio, estuve con…-cerré los ojos y segui caminando, ya mi unico objetivo era mi cama, sin embargo las escaleras eran muy largas, dudaba llegar, cada paso me sentía mas pesada hasta el punto en el que me quede arrodillada y recargue mi cabeza en un escalón.
-Jane, deberías saber que son las tres de la mañana, no deberías regresar tan tarde y menos sola-Armand sonaba tan molesto, no podía observar su rostro ya que el estaba detrás de mi, algo rodeo mis rodillas y me levantó con extrema suavidad.
-Sueltame-le pedí, sin embargo mi cabeza se acomodo fácilmente en sus brazos, me sentía mas cómoda que en mi misma cama-¿Que te hace pensar que vine sola?-pregunté medio dormida, sus manos se tensaron y apretó la mandíbula.
-Tienes razón, he sido muy ingenuo al pensar que estabas sola, tan preocupado que estaba porque te pudiera haber sucedido algo-yo ya no tenía la energía suficiente para contestar, solo me quedé con la cabeza junto al pecho de Armand, en cuánto sentí mi colchón cerré los ojos…
Me levanté muy temprano, a pesar de que había dormido pocas horas, me metí a bañar con agua hirviendo, me hizo de mucha ayuda, pude recordar lo que ayer había sucedido, ni siquiera Armand se había levantado, y mucho menos Winter, cuando salí observe a Harry recargado en su camioneta, se veía muy contento, el me llevó a la escuela, no quería pedirle mas favores a Armand, ya le debía demasiado, tanto que me deba pena.
-¿Hoy amaneciste bien?-preguntó cuidadosamente mientras ibamos al salón, asentí con la cabeza, me senté detrás de Harry, lo mas lejos de Armand, no era justo ni para el ni para mi, el no quería nada conmigo así que le molestaba mi insistencia, y no era justo para mi corazón sufrir de tantas heridas.
-¿Que haces?-le pregunté con una sonrisa a Harry que me había dado completamente la espalda, hice que se girara, me entrego un papelito, cuando lo abría había un corazón, no era una obra de arte, pero, era lo más bonito que me habían dado hoy, me hacía recordar a Connor, había salido con el a pasear toda la semana, sin embargo, ya no corriamos tanto, ya que Connor era un perro en edad adulta.
-Muchas gracias-le dije sonriendo a Harry, era lo mas que podía decir, todos llegaron a sus lugares, sin embargo el lugar de Armand estaba vacío, era mitad de la clase cuando alguien toco la puerta, las chicas empezaron a intercambiar miradas entre si, entró Armand, iba con una camisa blanca y se veía tan …extraño.
Volví mi mirada hacia el corazón que me había dibujado harry no sabía si pensar bien o mal acerca de esto… al parecer estaba en conflictos